Nuestros niños y niñas participan activamente en cada celebración, esta espiritualidad conlleva a que estén en paz con ellos mismos y con su prójimo. Los valores están fuertemente ligados a la religión, lo que permite que nuestros niños y niñas formen un carácter sólido con una esencia única que inculca la iglesia.
Teniendo en cuenta que estamos en un estado laico y que nuestros principios están basados en el respeto, los niños que pertenecen a otras creencias o religiones se quedan realizando actividades académicas, mientras los demás asisten a las celebraciones eucarísticas.
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